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Entre alinear y educar

Red AGDER

Como Entidad de Certificación, nuestro firme propósito es avalar que las personas tengan las Competencias Laborales adquiridas para poder emitir un certificado de competencias.

Todas las personas buscan el papel, es decir el certificado, y lo hacen por tener un documento que avale su conocimiento, sus destrezas, sus habilidades, sus desempeños y su experiencia.

Sin embargo, la reciente crisis en el sector educativo y, en consecuencia, en el sector de la capacitación ha mostrado la debilidad en el mercado.

En un principio, muchos Centros de Formación y Capacitadores buscaban denominar a sus módulos de capacitación: diplomados. A medida que ha evolucionado la aceptación en el mercado, y para diferenciar a estos oferentes de los instalados en los Centros Educativos con reconocimiento de la SEP, se generaron los formatos: talleres, cursos, conferencias, platica, etc.

Recientemente, previo a la etapa de los confinamientos, observamos dos formatos nuevos como si esto cambiara los formatos existentes en el pasado: Master Class y Workshop.

La pregunta para los Centros de Formación y los capacitadores es forzosa: ¿con que seriedad quieren que el mercado los vea?

Me ha tocado ver capacitadores, de los denominados Coach, que se ponen pelucas, se visten de una manera extravagante o hasta realizan actividades antipedagógicas que vieron en el Netflix (esta última me hizo reir al ver al seudo doctor que la promueve, ya que se trataba de una haka).

El cliente

Lo más importante es no perder el espíritu de la capacitación. Antes de iniciar la capacitación debemos desarrollar un análisis sobre el perfil del participante y los conocimientos que le vamos a proporcionar. En este momento estaremos definiendo el producto y, a la vez, el tiempo que le dotaremos el conocimiento que ya poseemos.

Podemos dar cursos a infantes o personas adultas. La primera se referirá a la pedagogía, principalmente el sistema escolarizado, y la segunda se referirá a competencias laborales y socioculturales.

Es importante tener el perfil técnico de donde viene este cliente, ya que un mismo tema lo puedes dar en cinco, ocho, 10, 15, 20, 30, 40 o hasta 100 horas. El número de horas dependerá de la combinación que tenga el perfil del cliente y la temática del curso.

Aquí viene el primer viacrucis del usuario, ya que este tendrá que analizar si el curso satisface sus necesidades, si este lo puede tomar en los horarios que tiene disponibles, si el precio lo puede pagar o, inclusive, si el formato propuesto le facilita la vida para su participación.

Si el usuario lo que busca es el documento que se emite, independientemente del conocimiento adquirido, buscará aquel que cumpla con las 3 b’s, lo cual no contribuye al mercado.

Sin embargo, cuando el curso es de calidad y este trasciende en la vida de las personas, generaremos vocación.

Durante los últimos años, también se ha generado el producto «alineación» a un conocimiento específico. Este termino se aplica para cuando el participante ya posee los conocimientos y solo se va a hacer una adecuación para los requerimientos de un fin específico, como es el caso en la certificación de competencias laborales y los clientes ocupan en su primer contacto una alineación a la competencia específica.

En ocasiones, la alineación la ocupan los estudiantes e, inclusive, los profesionistas previo a la presentación de un examen, con la finalidad de garantizar los resultados de cierta prueba.

Ahora, el hecho de que una persona tenga un curso de alto nivel en pocas horas y no cumpla con un perfil, es un riesgo de mercado.

Con las recientes implicaciones del COVID-19 y la generación del formato de capacitación en línea en formatos asincrónicos ha generado que exista un conjunto de clientes que al no cuidar la calidad, van a ser formados con deficiencias que afectarán al mercado.

Al día de hoy, no me imagino un paramédico que aprendió en línea un curso con otro paramédico cuya formación fue limitada.

¿Alineación asincrónica?

En primer lugar, cuando encuentres este modelo de trabajo lo importante es:

  1. Analiza el objetivo, si indica que te dotará del conocimiento, entonces es un curso básico, o si te indica que comprenderás, es un curso que te invitará a la reflexión y análisis de conceptos, pero si te dice que aplicarás, entonces será práctico.
  2. Identifica el perfil de ingreso: en ese momento te esta señalando cuales son las características para que tu entres al curso.
  3. Verifica el temario, en el podrás identificar el alcance del curso. Además compara el objetivo vs el temario, para que veas si hay congruencia entre la promesa de venta y tu necesidad.
  4. Por último, verifica que cuando te vendan un curso basado en estándares de competencia, no te vendan el estándar, ya que este es gratis y lo puedes encontrar en www.conocer.gob.mx

Lo que el curso te debe vender son los conocimientos propios del curso.

Con los modelos actuales de trabajo, podrás participar en videoconferencias, tutoriales y cursos estructurados para que tengas éxito en tu vida laboral.

Author

Justo Jacobo

Contador Público, Maestro en Finanzas y Maestro en Auditoría con amplia trayectoria en el sector educativo. Asesor de proyectos incubados y servicios administrativos y financieros. Egresado de la primera Universidad particular del estado de Guanajuato. Participante en el Maratón de fiscal y asesor en el Maratón de Finanzas y Ética profesional. Colaborador en Revista Pymero. Certificado en diversos estándares de competencia.

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